martes, 24 de noviembre de 2009

El espíritu musical.

     ¿Me creerías si te digo que puedes interpretar una melodía muy buena sin conocerla? Sin tener conocimiento de teoría musical, ni haber escrito música antes, ni saber leerla, ni ser compositor. Simplemente siguiedo tu instinto.

     Observa el siguiente video, sigue la dinámica que propone Robert 'Bobby' Mc Ferring y descubrirás que una especie de espíritu musical vive en tí. Como en cada ser humano.



    Las palabras de Bobby son:
     Al inicio - "Talking 'bout expectations" (hablando acerca de expectativas)
     Al final - "Y'know what?(...) What's interesting to me about that is, regardless where I am -anywhere- every audience get that. It doesn't matter wh- you know. that's just the pentatonic scale, for some reason." (¿Saben? lo que se me hace interesante sobre ésto, es que sin importar en donde esté -donde sea- cada público lo entiende. No importa, ¿sabes? ...es la escala pentatónica, por alguna razon.)

     Más adelante, en algún momento, agregaré más acerca de la mística escala pentatónica (sobre la cual está realizado éste ejercicio), de la cual se cree es 'la escala musical de la naturaleza' presente en todo ser vivo. Incluso, en los animales. Y por extensión, en los sonidos que éstos emiten.


     Mientras tanto, ésto es una pequeña prueba que evidencía que hay algo más allá de la individualidad de los sujetos en la naturaleza. E incluso, más allá de las especies mismas. Algo más grande, que rebasa nuestra capacidad de comprensión, que está ahí, y quizá ha estado desde siempre. Y por siempre lo estará aún cuando nuestra especie y muchas otras, perezcan y se extingan. 'Ello' persistirá.


     A mi, me gusta llamarle 'Jeovah'.


     ¿Qué tal, eh?

viernes, 20 de noviembre de 2009

Musica y matemáticas.

Sé en alguna parte de mi intelecto que así comolas ecuaciones tienen un dominio sobre el cual existen sus soluciones, en la música existe un dominio sobre el cual existe una melodía.

Toda ecuación está condicionada al comportamiento de factores y coeficientes que alteran el valor de las variables. Cada ecuación es como un enunciado. Cada coeficiente es como un matiz: volumen de voz, o tono y el ritmo. De manera que, así como un enunciado tiene una estructura gramátical que le da significado, una ecuación tiene una identidad, un orden que define al ente matemático que describe la ecuación. Pero así como un enunciado puede sonar distinto dependiendo del valor que tenga el volumen, el tono, el ritmo (definido por las pausas), y el volumen; una ecuación puede tener un significado similar pero presenta variaciones en su forma final que se ve afectada por los coeficientes.

En un lugar de mi intelecto, creo que una pieza musical puede describirse con una ecuación. O que la música entraña un lenguaje formal como lo es la matemática.

Toda forma que sucede en el universo puede ser descrita por un lenguaje formal. Y apesar de que en algún momento un especialista demostró que la matemática es un lenguaje que -aunque formal- es impreciso y paradójico, de manera tal que no es del todo fiable para describir el universo (vamos, ni siquiera es consistente), ha funcionado muy bien hasta el día de hoy, y en materia como las ecuaciones diferenciales, (que fue lo clavado que estudié de matemáticas) demuestran funcionar bastante bien.

Algún día lo demostraré, o lo desmentiré.

Pero documentaré el intento.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Es cierto. Es verdad.

Siento celos de saber que la captura de una mente que pudo ser, fué, o es mía -en algún lugar del tiempo- ha sido extraída de mi lecho literario.

Siento que se revuelca (sí, despectivamente) con otras letras que entran en sus ojos, y que ya no le hago el amor como lo hacía entonces.

La molestia del vació de lo que se ha perdido. Se llaman celos y sólo existen cuando uno nota no sólo que se ha perdido algo, sino que éso está con otro.

Egoista, abusivo. Me canso de ser el bueno del cuento. Una vez cada año biciesto.