Al mirarte congelada en ésta captura, aún siento una extraña, acaso ficticia, conexión contigo.
Gusto de imaginar que prueba de ello fue tu silencio al esperar con qué palabras diría al mundo mi relación contigo.
¿Tendría que haber dicho "si" y besarte en ése momento?
Con el antojo de un sí, el hambre de saber -y con ella de tus labios, lengua y saliva- permanecen como incógnita, de la cual el día en que vuelva a verte y la certidumbre sobre ello, también forma parte.
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